La neofobia alimentaria es el rechazo a probar alimentos nuevos que se da de manera frecuente en los niños, por lo que es importante que los padres sepan cómo actuar frente a esta situación.
El origen de este comportamiento es un mecanismo de defensa que tiene el pequeño frente a lo desconocido. Al tratarse de un reflejo primitivo de protección, es una situación normal y previsible. Suele darse entre los 2 y 6 años de edad, aunque puede extenderse en el tiempo, predisponiendo al niño a sufrir déficit de nutrientes que son clave para su crecimiento.
¿Qué alimentos suelen rechazar los niños?
Frecuentemente el rechazo se da frente a las verduras, frutas y el pescado, afectando tanto la variedad como la cantidad del alimento consumido. El problema no solo radica en el rechazo hacia alimentos particulares (que en general tienden a ser los más saludables) sino en la preferencia por los dulces y alimentos procesados. Los niños prefieren comer alimentos que puedan coger con la mano fácilmente, de ahí la predilección sobre alimentos como los muslos de pollo.
¿Qué hacer frente a la neofobia alimentaria? Consejos para los padres
Es normal que los padres entren en crisis al ver que sus pequeños se niegan a probar alimentos nuevos. Pueden darse, incluso, situaciones tensas en el momento de la comida que no hacen más que empeorar el panorama. Lo primero que debes saber, como padre, es que la neofobia alimentaria es un comportamiento normal en los niños. Pero como con saber esto no basta, quiero darte algunos consejos que pueden ayudarte:
- En primer lugar, es importante que siendo padre o madre de un niño pequeño comas de todo. No existe mejor educación que el ejemplo. Un niño que vea a sus padres comer de todo, seguramente presentará menos resistencia que aquellos que tienen padres selectivos con la comida. Busca llenar tu mesa de alimentos variados y coloridos y muéstrale a tu hijo que lo saludable es comer un poco de cada uno.
- Debes presentar los nuevos alimentos de a uno y en pequeñas cantidades. No es bueno querer llenar a tu hijo de muchos alimentos nuevos a la vez (el pequeño se verá totalmente abrumado). ¿Qué hacer si lo rechaza? Lo mejor es no insistir y volver a probar al día siguiente. En muchos casos, suele ser necesario ofrecer un alimento nuevo unas diez veces como mínimo para que lo acepten.
Los especialistas han comprobado que los niños muestran más tolerancia a las comidas nuevas tras dos semanas de exposición paciente y continuada.
- Por otro lado, ten presente que cambiar la comida no es la solución (por el contrario, puede convertirse en un gran problema). Comer de todo es una costumbre saludable que se aprende desde la infancia y que influirá en la alimentación del adulto. Así que, si permites que el niño elija el menú de cada día, con el tiempo se volverá una situación insostenible. Es normal que los niños prefieran ciertos alimentos, pero no por eso deben concederse todos sus caprichos.
- Si por casualidad logras que tu pequeño coma una pequeña porción de un nuevo alimento confía en su saciedad y no lo fuerces a comer de más. Si dejó de comer es porque seguramente no tiene más apetito. Esta regulación interna del hambre y saciedad comienza a perderse con la edad, por eso, mientras más pueda durar mejor será.
- Posiblemente no haga falta decirlo, pero recuerda que la paciencia es fundamental. La mayoría de los niños termina consumiendo mayor variedad de alimentos con el paso del tiempo, por lo tanto, no desesperes. Lo importante será que tu niño crezca de manera normal, que juegue, se interese por el mundo que lo rodea y sea feliz.
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